Osh-Dusambé (el mapa no lo refleja pero la entrada es por el corredor Wakan hasta Langar |
Día 20. Sábado. Soleado. 10 ºC. bajo cero.
Amanece en Murgab. Un día soleado. Un “poco “fresquillo, eso sí.
A las siete ya estamos zascandileando por la habitación y
después de lo elemental nos preparamos para desayunar. Aminna, una niña de 12
años, nos prepara unos huevo y café y té. Antes de irse a la escuela.
Pues ya estamos en Tayikistán. Aquí la moneda se llama Somoni. 1
euro son 1018 somonis.
El plato fuerte de hoy es continuar por la carretera Pamir pero
atravesando el corredor de Wakan hasta Langar donde pasaremos la noche.
Para atravesar esta zona hay que sacar un permiso en Murgab y
sellarlo en la oficina militar. Cuesta cinco dólares y otro euro más para el
sello militar. Poca cosa si tenemos en cuenta que en las autopistas europeas
nos clavan a todas horas y por cosas, que, por acostumbrados, ya ni nos damos
cuenta. El trazado de esta carretera y del increíble corredor Wakan es terrible
y por lo tanto así debe serlo su mantenimiento aunque sea mínimo.
A la salida del pueblo hay que enseñar el pasaporte ya que el
Pamir parece que funciona como otro país o al menos como una región autónoma.
La carretera, al principio no está mal y para 11,45 pasamos por
Al Balik a 3874 m. de altura y un poco después hacemos parada para comer en un
sitio en medio de la nada llamado Alichur. Este poblado de unas 1000 personas
lo forman construcciones pequeñas con tejado plano rodeadas de una cerca de
ladrillos de adobe.
Pasamos por Sasikul lake a las 12,45, un bonito lugar donde la
montaña se refleja en el agua y un cuarto de hora después alcanzamos la
bifurcación a Wakan Valley. Un rebaño de cabras montesas sube a lo lejos la
montaña. También podemos ver algunos grupos de Yaks.
Ahora la carretera es
peor pero después del paso Khargush donde hay de nuevo un control militar
entramos en el valle de Wakan propiamente dicho y la situación empeora
progresivamente hasta la zona en la que el río Pamir nos separa de Afganistán
que se encuentra a escasos metros.
A lo lejos divisamos una caravana de camellos que se dirigen
hacia Pakistán con sus mercancías.
La carretera ahora discurre por la ladera de la montaña con
precipicios a un lado de unos 2000 metros. Cruzo los dedos para que el
conductor no se distraiga y el coche no se averíe.
A las 16 h. un único soldado al lado de una rudimentaria barrera
nos vuelve a pedir los pasaportes cuando ya solo faltan 15 minutos para llegar
a Langar.
Langar es un poblado diferente. Una especie de microclima
permite cultivar huertas y árboles frutales. Hay mucha agua y sus habitantes en
nada se parecen físicamente a los kirguises. Sus ojos no son rasgados y podrían
pasar fácilmente por agricultores de un país latino como Grecia o España.
La acogedora madre llamada Nasap intercambia regalos con Mariví ,antes
de la agradable cena en compañía de un irlandés que no tuvo tanta suerte con su
coche, o sí, ya que se les averió una rueda cuando ya casi habían llegado al
pueblo. No me puedo imaginar cómo sales del apuro si se te avería un par de
horas antes de llegar a Langar.
Día 21 Domingo
Guest House Nigina no está mal y aunque se rompe el precario
cable del calefactor nos lo cambian inmediatamente por otro.
Desayuno a las ocho. El tiempo nos sigue acompañando y el cielo
está despejado.
Salimos a las 9 horas y una después pasamos por VRANG, una zona
poblada por gentes campesinas y ganaderas. Niños por todas partes, cabras,
burros y alguna vaca pequeña. La pista es solo algo mejor que la de ayer pero
mejora en los pueblos. Seguimos por el
curso del río Pamir a la vista del monte Vosinoski y más tarde la cadena del
Indu Kush.
Dejamos atrás la fortaleza Khakh-Kaha del s.XII. De vez en
cuando nos cruzamos con brigadillas de hombres que reparan la deteriorada
carretera por llamarla de alguna manera.
Iskashin es donde está el primer paso a Afganistán pero vemos la
frontera cerrada. Algo anda mal. Barsher 12,30, Andarob a 13,10.
Un control de policía fuertemente armada nos pide los pasaportes
de nuevo y rompe la media de nuestro chofer que más que un chofer para turistas,
parece un conductor de rallyes. Nos dice que en Korog hay un alto índice de
criminalidad por el tráfico de droga desde Afganistán.
Al llegar a Korog nos encontramos con el aeropuerto cerrado por
la situación política lo que nos obliga a seguir con el Land Rover hasta
Dusanbé haciendo una alto en el camino.
En Korog comemos unas pizzas en un restaurante que tiene el WC
en la gasolinera de enfrente. Dos pizzas grande y coca cola grande, 54 somonis.
Tenemos que tener en cuenta que en Tayikistan tienen una hora menos que en
Pamir que tiene la misma hora que en Kirguistán.
A las dos horas de viaje hacemos un alto para dormir en Guest
house Rushon.
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