Dia 25 Jueves
SAMARKANDA- JIVA
Hotel Rumi
Hoy no hay tanta prisa por levantarse ,ya que el tren sale a las
12,45 hacia Bujará. Sin embargo desayunamos a las 9 y para las 11,30 ya estamos
en la estación. Al sacar los billetes, como no había plazas normales, sacamos
por un euro más, billetes de primera, lo que nos da derecho, sin saberlo, a la
sala VIP donde nada más llegar nos ofrecen un té. El tren sale a las 13 horas y
tarda en hacer el recorrido de Samarcanda a Bukara dos horas y media.
El viaje es interesante no solo por los monumentos o la visita
a otras áreas culturales sino, además,
porque ves cómo vive la gente, como son sus casas y como se esfuerzan en ayudar
a gente que no les entiende. La religión es el islam. De hecho la pasajera de
enfrente lee un librito en dos alfabetos, uno es el árabe, que parece un
catecismo, al mismo tiempo que murmulla lo que lee. Está rezando. Sin embargo
no es el islam de otros países que nos trasmite la Televisión. Aquí no hay
caras tapadas, ni cualquier otro signo de radicalismo; solo gente tranquila
como en cualquier país en paz.
Un taxi nos lleva hasta el hotel Rumi por 30.000 Som (tres
euros) y se ofrece para llevarnos hasta Jiva, ya que el tren está completo. (
ojo, interesante reservar los billetes por internet con varios días de
antelación ya que se llenan enseguida).
Bukhara o Bujará o Buxoro según el idioma en que escribas, es una
ciudad turística monumental, enclave principal en la ruta de la seda junto con
Samarkanda y Jiva.
Hoy toca cenar así que vamos a un restaurante comer el plato de
cordero típico llamado Chor Bakur. Después a pasear por la ciudad.
Los monumentos principales que aquí hay que ver son muchos pero
hoy solo nos fijamos en los del centro histórico Lyabi-Mauz con la estatua de
Nasrudin montado en burro , la madrasa de Nadir Divan Begui y paseamos hasta la
mezquita de Chor Minor a diez minutos andando de la plaza. En la calle hay
muchas tiendas de artesanía y arte con precios mucho más altos que en el resto
de Uzbekistán. Se nota que es una zona más turística.
Aquí hace bastante más calor que en Samarkanda (33º C.)
La plaza Pai Kalon con la mezquita de Kalon y la madrasa, La
plaza Ulugbek con dos madrasas y el Arc, una fortaleza amurallada donde vivian
los principales de la ciudad hasta que llegaron los rusos. Se puede tomar un té
en una terraza alta para estar fresquito mientras ves la plaza Pai Kalon y sus
construcciones.
La ciudad está completamente sin urbanizar excepto en las zonas
más turísticas y no necesitas más de un día para visitarla. Una cosa curiosa es
que la mayoría de los coches utilizan gas como combustible y el taxi es el
transporte más utilizado ya que su precio es equivalente al del autobús si vas
con la familia, un euro o euro y medio.
Por la tarde tenemos tiempo para visitar el enorme mercadillo y
la plaza. La fruta está a precio parecido al nuestro y excepto manzanas y
granadas, no es de mejor calidad que la nuestra.
Cenamos excepcionalmente en un escondido y muy bonito restaurante por
nueve euros. Se llama Ayban y no tiene letreros para encontrarle dentro del
patio del hotel Lyabi.
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