Bujará-Jiva-Moynaq-Nukus |
Día 27 Sábado
Bukara-Jiva
Guest House Orzu
A la 7,30 arriba.
A las nueve despegamos de Bujará. Digo despegamos, porque el
taxista volaba más que corría en su Chevrolet. Campos de algodón van quedando
atrás mientras circulamos por una carretera en muy mal estado a medio asfaltar
para dejar paso a un paisaje inhóspito, un desierto con matorral.
A las 10,30 paramos para repostar gas metano, el combustible del
coche y las 11,15 alcanzamos el desierto Kizzil-kum, el 11º desierto más grande
del mundo, una zona terrible como pocas. Ahora la carretera es buena y se
transforma en una autopista digamos que de andar por casa pero que por lo menos
tiene dos carriles.
En Sarmoya hay un bar donde el chofer se detiene para comer un
bocadillo, carne guisada envuelta en hojaldre. Por 2,70 euros comemos tres
bocadillos, te, coca cola, una botella de litro de agua y nos damos el capricho
de pedir tres pasteles. Después, nuestro amigo, prosigue su alocada carrera como si fuese una
ambulancia y nos llevase a un hospital heridos de muerte o gravísimamente
enfermos. Atravesamos la zona del Río Amur Daría que hace frontera con
Turkmenistán. Atravesamos pueblos imposibles rodeados de desierto y polvo y en
Bozyab se acaba la autopista y vuelve el mal camino. En cinco horas y media
contando las paradas hace el recorrido de siete horas. A las 14,30, por fín, estamos en Jiva.
Jiva o Khiva es quizás la más bonita de las tres ciudades más
famosas de la ruta de la seda o por lo menos es la que más nos ha gustado
aunque está tan lejos que si solo se viene a verla es para pensarlo dos veces.
Khiva es muy antigua, como unos 2500 años, parece una ciudad
sacada de las mil y una noches, como de cuento, como un museo al aire libre.
Puertas talladas, murallas impresionantes más por su factura que por su tamaño,
museos, mezquitas y tiendas.
Los soviéticos empezaron su restauración que todavía continua.
En ningún sitio te cobran con tarjeta, así que cada poco hay que sacar dinero de los cajeros que algunas veces los han vaciado los turistas así que después de desayunar hay que ir a por pasta. Una buena opción es la tarjeta Bnext que es una tarjeta que te devuelve la comisión cuando sacas dinero y además puedes comprar con ella.
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El casco Histórico de Jiva se llama Itchan Kala y es la parte
protegida por las murallas. En ella viven 200 personas, pero en el resto de la
ciudad la población alcanza 150.000 habitantes.
Jiva era un oasis en medio del desierto para las caravanas en su
travesía hasta Irán. Es patrimonio de la humanidad desde 1990 y sus
construcciones son casi todas del S. XVIII. Sus construcciones son el mejor
ejemplo de arquitectura árabe de Asia central.
Después de organizar el día de mañana en Moynak nos disponemos a
conocer mejor esta ciudad que parece ser era la capital de Corasmia, una región
que antiguamente formaba parte del imperio persa.
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Día 29 lunes. Despejado
Moynak Yurt kamp (Moynaq) ( cancelado)
Hotel Massaget (Nukus)
A las 9 de la mañana y después de repostar metano nos dirigimos
hacia Moinaq, pueblo situado a orillas del mal de Aral objetivo de este día.
Dejando atrás los campos de algodón atravesamos zonas áridas,
semidesiertos con matorral en el mejor de los casos para dejar paso a un
completo desierto. Las 11 de la mañana. Si la luna en cuarto menguante no la
estuviéramos viendo en el cielo, juraría que estábamos circulando por ella. Así
es el paisaje que atravesamos.
Sobre las 11,30 visitamos la fortaleza de Chilpuk restos de una antigua civilización ya hace tiempo desaparecida. Desde arriba, a un lado el desierto inmenso y al otro el Amur Daría convierte sus orillas en un vergel al estilo del Nilo siendo un poco optimista. Sobre las 12,15 pasamos por Nukus, luego Xogeli con más campos de algodón, sal, algún caducifolio y camellos pastando.
Sobre las 11,30 visitamos la fortaleza de Chilpuk restos de una antigua civilización ya hace tiempo desaparecida. Desde arriba, a un lado el desierto inmenso y al otro el Amur Daría convierte sus orillas en un vergel al estilo del Nilo siendo un poco optimista. Sobre las 12,15 pasamos por Nukus, luego Xogeli con más campos de algodón, sal, algún caducifolio y camellos pastando.
Poco antes de llegar a Moynaq paramos en un bar de camioneros
para comer un Plov, el plato de arroz típico de aquí que quiere recordar a la
paella, una ensalada y te. Todo 67.000 So´m
las cuatro personas, ( 6,7 dólares en total). Del estado del Toilette
mejor no hablo.
A Moynaq llegamos antes de las tres lo que hace poco más de
cinco horas y media desde Khiva.
El mar de Aral es impresionante. La visión del mismo invita a
reflexionar sobre la capacidad humana de alterar la naturaleza. Podéis
informaros sobre este desastre en internet que para eso está.
Por si alguien se anima a venir de mochilero por aquí unos
apuntes:
El transporte público es escaso y el billete de tren hay que
reservarlo con, al menos, cuatro días de antelación
Los hoteles no son ni especialmente baratos ni especialmente
buenos en esta zona de Karakalpakstan y ¡Ojo con las yurtas! No son baratas y
pueden no cumplir vuestras exigencias de limpieza. El Yurtcamp de Moynak en
concreto y, por lo menos en esta época (finales de octubre) nos lo querían
vender desmontado y con olor a cuadra a 15 dólares por persona y noche lo que
nos hizo volver a Nukus una noche antes (después de ver el impactante mar de
Aral, claro).
Día 30 martes. Despejado
Hotel Massaget (Nukus)
Después de desayunar nos dirigimos al aeropuerto que dista
andando media hora del hotel para asegurarnos que todo está correcto. Después
toca recorrer la ciudad hasta el mercado central que al parecer es lo que gusta
al personal.
Hoy es el cumpleaños del navegante por lo que lo celebramos en
una pizzería ya que no nos apetecía comer más Saslyk. La encargada del hotel
nos recomienda Cynamon un sitio frecuentado por estudiantes donde por seis
euros cada uno nos hartamos de pizza, tarta, te y hasta una botella grande de
Pepsi. Eso sí, se les había estropeado la máquina de café, no tenían las
hamburguesas de la carta y no tenían agua fría pero con buena voluntad, hielo y
un poco de amabilidad todo tiene arreglo.
Nukus no nos ha parecido la ciudad desastre y que todo el mundo
quiere dejar aprisa que ponen en algunos blog de viajeros. Nos ha parecido una
ciudad con bastante actividad y en crecimiento que, como todo Uzbekistán,
parece a medio construir. Por supuesto nada que ver con las preciosas
Samarkanda, Bujará y Jiva pero no nos ha disgustado en absoluto.
Nukus tiene unos 270.000 habitantes y es la capital de la
república autónoma de Karakalpakstan que forma parte de Uzbekistán. Su economía
depende del arroz, algodón y melón. La gente nos mira y algunos se acercan a
hacerse fotos con nuestro navegante que tiene el pelo largo. Supongo que les
hace gracia ver pasear a unos extranjeros en Nukus. Sus rasgos son bastante
orientales y hablan más bien bajo.
Hemos intentado visitar el museo Savitsky pero no nos lo han
puesto fácil ya que solo admitían Som uzbekos, ni dólares, ni tarjeta de
crédito así que no pudimos entrar. Dicho sea de paso nos pareció un poco caro
para ser Uzbekistan y un museo de arte. La entrada costaba unos seis euros por
persona.
Ya os queda poquito! Disfrutad lo que os quede y buen viaje de vuelta!
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