EL BLOGUERO GRUÑÓN-ASIA CENTRAL

No hay ningún viaje perfecto. Para eso estoy yo. Para sacar defectos y que no piense la gente que todo es maravilloso cuando se viaja. Y, aunque de momento todo va bien, ya saldrá algo que no me guste. Seguro.

Me cagüennnn…

Almaty, Las ocho de la mañana. Llaman a la puerta.  Es la policía para hacernos una foto al pasaporte. Parece que nos les ha sido suficiente con las del aeropuerto y las de la recepcionista. Ni que fuésemos sospechosos de algo. Vaya telaaaa.

Biskek. El segundo refugio no esta mal para lo que estos tres ratas han pagado, además el dueño es atento, pero  a los vecinos les habría estrangulado. A la una de la mañana seguían gritando y dando portazos y a las siete de la mañana ya están todos haciendo cola en el único wc que hay para cinco habitaciones. Además, la calefacción está a todo trapo y no hay cristiano, ni musulmán, que aguante el calor que hace.

 Karakol. Si no teneis aprecio a la vida, tomad la Marshrutka que va de Cholpon Ata a Karakol. El temerario chofer os hará tener una experiencia inolvidable en un entorno de lo más demencial que he tenido hasta ahora. Seguro que con los tres elementos que me he juntado la experiencia mejorará aún más. ¡¡¡Miedo me dan!!!

Osh. Tiene tela meterse en un autobús y no poder bajar en el sitio que te interesa por no poder bajar del vehículo. La gente apretujada impedía llegar hasta la puerta. Y todo por no pagar tres euros hasta el hotel que cuesta un taxi. Claro que la marsrutka cuesta 10 centimos por persona. Por lo menos hace buen tiempo.

Murgab-Langar. Esto sobrepasa mi capacidad de aguante. La carretera de Osh hasta Murgab es un infierno, por algo hay una zona que la llaman Killer Valley pero el corredor de Wakan siguiendo la pista hasta Largar es un intento de suicidio. Sin contar los 18 bajo cero en Murgab. Como tengas ganas de ir al aseo por la noche, tienes que salir a la calle ya que no hay baño dentro de casa. Te puedes quedar tieso. ¿ Duchas? ¡cosa de pijos! Llevamos tres días sin ducharnos, pero ya dice el refrán: No es limpio que el mucho limpia…

Samarkanda. Nada que decir sobre la preciosa ciudad de Samarkanda y sus buenas gentes pero sí de estos tres correcaminos que me están haciendo patear toda la ciudad, ya les vale… Ah!, se me olvidaba, con tanto andar y ver cosas ayer no comimos más que unos pistachos y cacahuetes y como había que organizar el viaje al mar de Aral ese, pues tampoco cenamos.

Si lo que quieren es adelgazar, que se vayan a un gimnasio. 

Jiva. Yo creí que la carretera Pamir era un suicidio. Pues todavía se puede mejorar. Un suicidio total es la carretera a Jiva desde Bujara si conduce el coche un kamikaze como el que nos ha tocado. El parabrisas rajado, como es lo normal en estos lares, el cinturón de seguridad solo lo usa en los controles de la policía y la forma de conducir en cuanto a velocidad y normas que todos conocemos,  totalmente caótica. Llegamos a Khiva de milagro.

Moynak.  Aviso a navegantes. Este desolado pueblo que una vez tuvo muchos (no se cuantos) habitantes y que ahora tiene 13.200 nos ha recibido con unas yurtas con olor a cuadra y probablemente otros inquilinos, así que hemos declinado la invitación ya que la otra alternativa era un almacén con tres camas por 15 dólares la noche y persona. No era de recibo. Menos mal que mis navegantes han optado por irse a dormir a Nukus que es un pelín más caro pero decente.